"Los hombres son seres que se curan, guardan de sí mismos, que generan, vivan donde vivan, un espacio parquizado en torno a sí mismos. En parques urbanos, parques nacionales, parques cantonales, parques ecológicos, en todos lados deben los hombres formarse una opinión sobre cómo debe ser regulada su conducta consigo mismos." Peter Sloterdijk, Reglas para el Parque Humano.

domingo, 26 de octubre de 2008

Para una psicología provisional.

Más alcances epistémicos hechos por Freud.

Al juzgar nuestra especulación acerca de las pulsiones de vida y muerte, nos inquietará poco que aparezcan en ella procesos tan extraños e inimaginables como que una pulsión se esforzada a salir fuera por otra, o que se vuelva del yo al objeto, y cosas parecidas. Esto se debe a que nos vemos precisados a trabajar con los términos científicos, esto es, con el lenguaje figurado (de imágenes) propio de la psicología ( más correctamente: de la psicología de las profundidades). De otro modo no podríamos ni describir los fenómenos correspondientes; más aún: ni siquiera los habríamos percibido. Es probable que los defectos de nuestra descripción desaparecieran si en lugar de los términos psicológicos pudieramos usar ya los fisiológicos o químicos. Pero en verdad también estos pertenecen a un lenguaje figurado, aunque nos es familiar desde más tiempo y es, quizá, más simple.
Por otro lado, advirtamos bien que la incerteza de nuestra especulación se vio aumentada en alto grado por la necesidad de tomar préstamos a la ciencia biológica. La biología es verdaderamente un reino de posibilidades ilimitadas; tenemos que esperar de ellas los esclarecimientos más sorprendentes y no podemos columbrar las respuestas que decenios más adelante dará a los interrogantes que le planteamos. Quizá las dé tales que derrumben todo nuestro artificial edificio de hipóstesis. Pero si es así, podría preguntarse: ¿Para qué tomarse trabajo como los consignados en esta sección, y porqué comunicarlos además?. Pues bien, es sólo que no puedo negar que algunas de las analogías, enlaces y nexos apuntados en ella me parecieron dignos de consideración.

Sigmund Freud, Jenseits des Lustprinzips, Más allá del principio del placer,1920.