Al juzgar nuestra especulación acerca de las pulsiones de vida y muerte, nos inquietará poco que aparezcan en ella procesos tan extraños e inimaginables como que una pulsión se esforzada a salir fuera por otra, o que se vuelva del yo al objeto, y cosas parecidas. Esto se debe a que nos vemos precisados a trabajar con los términos científicos, esto es, con el lenguaje figurado (de imágenes) propio de la psicología ( más correctamente: de la psicología de las profundidades). De otro modo no podríamos ni describir los fenómenos correspondientes; más aún: ni siquiera los habríamos percibido. Es probable que los defectos de nuestra descripción desaparecieran si en lugar de los términos psicológicos pudieramos usar ya los fisiológicos o químicos. Pero en verdad también estos pertenecen a un lenguaje figurado, aunque nos es familiar desde más tiempo y es, quizá, más simple.
Por otro lado, advirtamos bien que la incerteza de nuestra especulación se vio aumentada en alto grado por la necesidad de tomar préstamos a la ciencia biológica. La biología es verdaderamente un reino de posibilidades ilimitadas; tenemos que esperar de ellas los esclarecimientos más sorprendentes y no podemos columbrar las respuestas que decenios más adelante dará a los interrogantes que le planteamos. Quizá las dé tales que derrumben todo nuestro artificial edificio de hipóstesis. Pero si es así, podría preguntarse: ¿Para qué tomarse trabajo como los consignados en esta sección, y porqué comunicarlos además?. Pues bien, es sólo que no puedo negar que algunas de las analogías, enlaces y nexos apuntados en ella me parecieron dignos de consideración.
Sigmund Freud, Jenseits des Lustprinzips, Más allá del principio del placer,1920.
0 comentarios:
Publicar un comentario