"No hemos ampliado la noción de sexualidad más que lo imprescindiblemente necesario para incluir en ella la vida sexual de los perversos y de los niños, o dicho de otra manera, no hemos hecho otra cosa que restituir a dicho concepto su verdadera amplitud. Aquello que fuera del psicoanálisis se entiende por sexualidad es una sexualidad extraordinariamente restringida y puesta al servicio de la procreación: esto es, tan sólo aquello que se conoce como vida sexual normal.
(...) Deduciremos, pues, sin violencia, que la sexualidad es un producto de algo que existió antes que ella, y a expensas de lo cual hubo de formarse, eliminando como inaprovechables algunos de sus componentes y conservando otros para subordinarlos a un nuevo fin, o sea el de la procreación".
(Sigmund Freud, Introducción al Psicoanálisis, Teoría sexual.)
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