"La sexualidad humana es muy peculiar no se parece a la de un pato, un conejo o un chimpancé. Su rasgo particular es la ausencia del estro. En ella desaparece el caracter periódico de la excitación sexual y se transforma por completo la relación entre la menstruación y la excitación masculina. O sea, la excitación masculina no depende del ciclo menstrual femenino. La sexualidad se independiza de la reproducción. Los seres humanos se han vuelto obsesivos frente al sexo (...) En todas las sociedades se introdujeron regulaciones simbólicas de la sexualidad, a fin de reemplazar la pérdida de regulación biológica de la estación procreadora: ideas sobre la identidad masculina y femenina, reglas y normas que establecen quién puede casarse con quién y lo que se considera una conducta sexual legítima. La norma más importante es el "tabú del incesto", que levanta una barrera entre las generaciones y es esencial para los sistemas de parentezco y la organización social ".
(Psicoanálisis para principiantes, Ivan Ward & Oscar Zárate)
(Psicoanálisis para principiantes, Ivan Ward & Oscar Zárate)
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