¿Cuál es el efecto más notorio de la moralización de la psiquiatría o más específicamente del diagnóstico de dependencia, abuso y consumo perjudicial de sustancias psicoactivas?. La respuesta es la siguiente a nuestro parecer: disponer agentes diagnosticadores en los extramuros de las instituciones de salud mental, es decir en las empresas, las industrias, las escuelas, las universidades, las familias, las policías, los tribunales, los medios de comunicación, etc. El descentramiento de este diagnóstico respecto del saber médico, es decir su parcial desmedicalización, se dirige hacia el amplio tejido social ahora empoderado de una facultad antes reservada exclusivamente para los clásicos agentes de la salud mental, ya no es necesario haber estudiado medicina para poder entender la adicción. Sin embargo, la condición necesaria de este descentramiento dignóstico es justamente su opuesto, el concentramiento diagnóstico en el saber médico que en tanto científico confiere a los criterios, que hemos llamado morales, el mismo el estatuto de criterios naturales (objetivos). Lo que hemos señalado en entradas anteriores como argumentaciones morales, dentro de este saber se convierten en argumentaciones médicas, y lo que aparecía como inmoral aquí aparece como enfermo.
Posmodernismo
Hace 12 años
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